Sentirse solo como padre

¿Por qué puedes estar rodeado de tus hijos y de tu pareja, y aun así sentirte tan solo y aislado? ¿Por qué los padres sentimos que estamos completamente solos y por qué tenemos ese profundo sentimiento de culpa por sentirnos así?

 

Si esto te resuena, no estás solo, ni mucho menos. Este sentimiento de aislamiento, a pesar de estar casi constantemente rodeado de otras personas, puede ser, a veces, devastador. Así que hablemos de ello.

 

Como padre, tiendes a perder tu sentido de la identidad; todo lo que te gustaba (aficiones, socializar, poder salir por capricho) ha pasado a un segundo plano; sustituido por una profunda necesidad de cuidar de tu hijo. Esto es lo que se supone que debes hacer como buen padre, ¿verdad? Asegurarte de que se satisfacen todas las necesidades de tu hijo y más allá. Pero, al hacerlo, sientes como si ya no fueras un individuo, tu sentido del yo se ha olvidado hace tiempo. Porque, ¿cómo encuentras el tiempo o la energía para poder ocuparte de tus hijos, de tu casa, de tu trabajo Y de ti mismo?

La alienación de ti mismo y de tu pareja, volcando toda tu energía en estos pequeños humanos que dependen de ti para todo es, como mínimo, agotador. Entonces, ¿por qué sientes que a pesar de hacerlo todo, sigue sin ser suficiente; que como padre, como individuo te estás quedando corto?

 

Como padres podemos (y necesitamos) encontrar un equilibrio entre ser padres y ser personas. Puede que no sea exactamente lo que queremos, pero puede ser suficiente para aliviar un poco la sensación de aislamiento.

 

Establecer conexiones

 

A veces las redes sociales son tus amigas; te permiten cierto anonimato sin dejar de ser tú misma. Busca en tus redes sociales algún grupo de padres al que puedas unirte en tu zona. Puedes hacerte una idea de cómo se sienten los demás, por lo que están pasando y leer los consejos que te dan. Como ya se ha dicho, no estás sola en este sentimiento de aislamiento; cuando puedes encontrar a otras personas que están en el mismo barco que tú, hay posibilidades de salir de la proverbial isla.

 

A veces son las pequeñas cosas las que marcan la diferencia. Mientras estás fuera de casa, compartir un «buenos días» con un desconocido puede sentar bien. Conectar o desahogarse con compañeros de trabajo, familiares u otros padres sobre las luchas diarias en la vida con niños también puede amortiguar esa sensación de aislamiento. Sobre todo cuando se comparten historias y se aprende que casi todo el mundo tiene una historia que empieza por «No te vas a creer lo que hizo mi hijo/hija…».

 

Conexiones en la Comunidad

Puede resultar sorprendente, pero tu biblioteca local puede ser una gran fuente de conexiones sociales. Echa un vistazo a los tipos de grupos y actividades que ofrecen, ya sea para ti o para ti y tus hijos, y encuentra lo que te interesa.

Encontrar un grupo de crianza que se reúna en persona o virtualmente puede interesarte. A veces estos grupos están dirigidos por padres, otras veces pueden estar dirigidos por organizaciones (iglesias, organizaciones sin ánimo de lucro, programas del condado) que se centran en consejos, recursos y apoyo para padres. O si eres ambiciosa o no encuentras lo que buscas, publica en tus redes sociales que quieres crear tu propio grupo.

 

Las consecuencias

 

Siendo realistas, tener una sensación continua de aislamiento puede provocar problemas de salud mental y/o física, lo que a su vez puede provocar más sentimientos de culpa por la crianza y hacer que uno entre en una espiral descendente. Si alguna vez sientes que criar a tus hijos es demasiado duro, que incluso seguir adelante con el proceso agota hasta el último gramo de tu energía, busca ayuda externa. Habla con tu médico sobre tus sentimientos y él podrá indicarte los pasos a seguir.

 

Depende de ti hacer lo que creas que es mejor para TI. No puedes verter de una taza vacía, así que poder encontrar un sistema de apoyo con el que te sientas cómoda puede proporcionarte una enorme fuente de alivio, confianza y aceptación para sacarte de esa isla de la paternidad.