Promoviendo el Aprendizaje Socioemocional con Su Hijo

El bienestar socioemocional—llamado con frecuencia salud mental infantil por los profesionales de la primera infancia—tiene que ver con cómo los niños pequeños aprenden a experimentar y manejar sus emociones, construir relaciones seguras y explorar su mundo con confianza.

Los bebés entienden el mundo a través de las relaciones que forman con los adultos que los cuidan. Estas conexiones brindan amor, consuelo, protección y ánimo, y ayudan a amortiguar los efectos del estrés. A través de relaciones cálidas y receptivas, los niños pequeños aprenden a jugar, comunicarse, enfrentar desafíos y expresar sus sentimientos. Las relaciones afectuosas también sientan las bases de la confianza, la empatía, la compasión, la generosidad y un sano sentido del bien y el mal.

 

 

Los Conceptos Básicos

 

Un enfoque ampliamente utilizado para el aprendizaje socioemocional (SEL) es el marco CASEL, creado por la Collaborative for Academic, Social, and Emotional Learning.

 

CASEL describe cinco competencias clave e interconectadas del SEL:

Autoconciencia: Reconocer las propias emociones y pensamientos, y cómo influyen en el comportamiento.

Conciencia social: Mostrar empatía, respetar a los demás y comprender diferentes perspectivas.

Toma de decisiones responsable: Tomar decisiones reflexivas y éticas sobre la conducta personal y las interacciones sociales.

Autogestión: Manejar emociones e impulsos, afrontar el estrés y establecer metas personales.

Habilidades de relación: Construir y mantener relaciones saludables y de apoyo.

 

 

Por Qué Importa el SEL

 

Se ha demostrado que el SEL ayuda a los niños a sentirse más seguros, conectados y listos para aprender. La investigación vincula consistentemente el SEL con un mejor rendimiento académico, una conducta más positiva y habilidades más fuertes para manejar el estrés.

Los estudios también muestran que los beneficios del SEL se mantienen entre poblaciones diversas, apoyando el desarrollo positivo de niños de diferentes orígenes y comunidades. El SEL también puede promover la equidad e inclusión en el aula al crear entornos donde todos los estudiantes se sientan vistos, apoyados y verdaderamente parte del grupo.

 

 

Crianza Sensible y Receptiva

 

¿Con qué frecuencia observas realmente lo que hace tu hijo? Puede sonar como una pregunta curiosa—¡la mayoría de nosotros sentimos que miramos a nuestros hijos todo el día! Pero estar con ellos no es lo mismo que observarlos de manera intencional.

Observar significa reducir la velocidad para ver realmente lo que tu hijo está haciendo, escuchar lo que dice y notar su estilo único de interactuar con el mundo. ¿Es un niño que dice “¡vamos!” y salta de inmediato, o alguien que prefiere avanzar poco a poco? ¿Reacciona con intensidad y muestra sus sentimientos enseguida, o es más tranquilo y relajado?

Tomar incluso unos pocos momentos para observar puede enseñarnos muchísimo. Estas pequeñas pistas nos ayudan a entender qué motiva a nuestro hijo, hacer mejores conjeturas sobre por qué se comporta de cierta manera y responder de formas que realmente apoyen su desarrollo. Cuando los niños se sienten comprendidos y atendidos, su confianza y autoestima florecen.

 

 

Los Mimos Son Poderosos

 

Cuando vemos a un bebé adorable, es casi automático: hacemos ruiditos, sonreímos, hablamos con voz dulce y hacemos lo que sea para ganar una sonrisa. Esos sentimientos cálidos pueden ser más difíciles durante largos llantos o berrinches, pero la mayoría aún encuentra el amor y la paciencia necesarios para cuidar a los pequeños incluso en días difíciles.

Lo que puede parecer simple—tocar, cargar, consolar, mecer, cantar y hablar—en realidad es muy poderoso. Estos momentos cotidianos hacen más que calmar y entretener; le dan al bebé exactamente la estimulación que su cerebro en desarrollo necesita. El cariño suave y las palabras de aliento envían un mensaje claro: Eres especial. Y cuando un niño se siente profundamente amado y valorado, comienza a aprender cómo compartir ese mismo amor con los demás.

Permitir que los Niños Resuelvan Conflictos por Sí Mismos (Dentro de lo Razonable)

A esta edad, los niños pequeños apenas comienzan a comprender la idea de “yo”, lo que hace que compartir sea difícil. Saben exactamente lo que quieren y cuándo lo quieren, pero sus cerebros aún no están listos para entender completamente los sentimientos o perspectivas de otra persona. Su autocontrol también está apenas comenzando a desarrollarse. Aunque entienden cuando dices “No quites eso”, todavía es muy difícil para ellos resistir actuar por impulso.

Piensa en lo difícil que puede ser—incluso para un adulto—resistir una galleta con chispas de chocolate cuando estás tratando de seguir una dieta. Los adultos enfrentan estas pruebas de autocontrol ocasionalmente; los niños pequeños las enfrentan docenas de veces al día.

Con el tiempo, el crecimiento cerebral, la práctica y el apoyo de adultos cariñosos, los niños desarrollan un autocontrol más fuerte. Cuando ayudamos a los niños a nombrar sus sentimientos y les mostramos formas simples de manejar sus impulsos, poco a poco aprenden a hacerlo por sí mismos. Estas lecciones tempranas les ayudan a adquirir las habilidades que necesitarán para manejar conflictos y navegar relaciones a medida que crecen.

 

 

Apoyar la Exploración Segura y el Juego

 

El andamiaje ocurre cuando sigues la iniciativa de tu hijo y le ofreces solo el apoyo necesario para ayudarlo a alcanzar el siguiente paso—sin tomar el control ni causar frustración. Al permitir que tu hijo explore y luego intervenir con la cantidad justa de ayuda, lo ayudas a experimentar el éxito. Este tipo de apoyo permite que los bebés descubran lo que pueden hacer por sí mismos, mientras se sienten seguros sabiendo que estás ahí para respaldarlos a medida que crecen.