Cómo ayudar a tu hijo a superar el miedo al médico

A veces, ir al médico puede asustar, sobre todo cuando se habla de una inyección o de tener que someterse a un procedimiento no rutinario (análisis de sangre, radiografías, tomografía computarizada, etc.). Los niños pueden sentirse abrumados en la consulta del médico; es un espacio (relativamente) nuevo, hay gente que no conocen y herramientas/máquinas que no tienen ni idea de lo que hacen. Así que aquí tienes unos cuantos consejos para ayudar a aliviar algunas de las preocupaciones de tu hijo, así como algunas de las tuyas propias.

 

Habla con ellos

 

Habla con tu hijo, hazle saber lo que puede esperar; gran parte de la ansiedad puede deberse al miedo a lo desconocido. Explícale todo el proceso de principio a fin; si no estás seguro de lo que va a ocurrir exactamente, pide a una enfermera o al médico que te lo explique durante la visita.

 

 

Juego de rol

 

Juega a fingir que tú eres el médico y tu hijo el paciente y pasad por una cita rutinaria. Después, haz que tu hijo sea el médico y tú el paciente.

 

 

Valida sus sentimientos

 

Independientemente de que sepas que tu hijo se pondrá bien, hazle saber que comprendes que esté nervioso; sin embargo, ir al médico es la forma que tiene la gente de mantenerse sana. Mantén la calma y la empatía cuando les tranquilices; a veces un abrazo o cogerles de la mano es justo lo que necesitan.

 

 

“Ayúdame a ayudarte”

 

A veces los niños no saben expresar ni comprender exactamente lo que les preocupa. Intenta repasar la cita con el médico y haz que tu hijo diga qué partes le ponen más nervioso, y luego habla con él sobre por qué se siente así.

 

 

Mantente unido

 

Intenta permanecer junto a tu hijo durante la consulta; tocarle el brazo, cogerle la mano puede ayudarle a sentirse seguro. Si es necesario, tu hijo puede sentarse en tu regazo para que el médico compruebe sus constantes vitales. También puedes darle a tu hijo cierto control permitiéndole elegir dónde sentarse, qué brazo elegir para el manguito de la tensión arterial, qué oído mirar primero, etc.

 

 

Trae a un amigo

 

Lleva el peluche favorito de tu hijo y pide al médico que lo “examine” para asegurarse de que está sano. Si esperas que pongan una inyección a tu hijo, pide al médico que “ponga” también una al peluche. Muéstrale a tu hijo que su amigo es valiente y está sano.

 

 

Hablando de disparos

 

No te andes con rodeos, haz saber a tu hijo que le pondrán una vacuna. Asegúrales que a nadie le gusta que le pongan vacunas, pero que nos ayudan a mantenernos sanos. Si tu hijo está ansioso por la inyección, pregunta al médico si hay alguna forma de que le pongan primero la inyección y le hagan después la exploración para quitársela de en medio.

 

 

Dales algo que esperar

 

Hazles saber que, después de la cita con el médico, les llevarás a tomar un helado, a comer comida rápida o a cualquier otro sitio que le guste a tu hijo como recompensa.

 

 

Lo bueno, lo malo y lo feo

 

Habla con tu hijo después de la consulta y pregúntale cómo se sintió en cada momento; qué fue lo mejor y lo peor de la consulta. Haz un seguimiento con las cosas buenas que hayas oído, como lo mucho que han crecido desde la última cita o una pegatina que les haya dado el médico por hacer un buen trabajo.

 

 

Utilizando estas estrategias, puedes convertir la visita al médico, que provoca ansiedad en los niños, en una experiencia más positiva. Cada niño es distinto, por lo que es fundamental que seas flexible y paciente con él. Con el tiempo, es probable que se reduzca la ansiedad ante estas visitas. Crear confianza con tu hijo le ayuda a enfrentarse a los retos, lo que a su vez le enseña resiliencia y habilidades de autocuidado.