Enseñar a los niños a respetar turnos y a ser pacientes

Enseñar a tu hijo a ser paciente y a respetar los turnos a una edad temprana puede mejorar mucho su capacidad para gestionar situaciones difíciles a medida que crezca. Todos hemos tenido experiencias en el supermercado o mientras hacíamos cola para el café de la mañana, en las que nos hemos encontrado con alguien que tiene poca o ninguna experiencia en paciencia. Ser paciente y respetar los turnos es una buena educación social y una buena forma de mostrar respeto por los demás seres humanos.

 

Con los niños pequeños puede llevar tiempo entender lo que se quiere decir; les interesa mucho más la gratificación inmediata que los sentimientos de los demás (al menos hasta que se hacen mayores). Si eres hermano, seguro que sabes a qué me refiero; no hay nada como la sensación de que te arranquen de las manos un juguete que te encantaba sólo porque tu hermano te ha visto jugar con él (aunque no le haya prestado atención en los dos últimos días). Así que aquí tienes algunas formas de animar a tu pequeño a esperar su turno y aprender a compartir con los demás:

 

Ayuda a enseñarles a ser flexibles y a encontrar una solución

-Puede que tu hijo quiera jugar con algo; tiene pensado utilizarlo en un futuro próximo, pero otra persona está jugando con él en ese momento. Haz un plan con los niños sobre cuándo estará disponible el juguete.

 

Practica con tu pequeño cómo comunicarte para respetar los turnos

-Haz que tu hijo utilice sus palabras cuando quiera jugar con un juguete con el que ya se está jugando. Enséñale a preguntar educadamente si el juguete estará disponible y cuándo. Puedes trabajar con tu hijo representando distintas situaciones: cuando alguien no quiere compartir o cuando un turno está tardando demasiado.

 

Ayuda a tu hijo a explorar sus grandes sentimientos

-Habla con tu hijo sobre cómo se siente; explora por qué se siente así y cómo se sienten los demás. Asegúrate de que sepa que siempre está bien tener sentimientos, que los sentimientos no son «buenos» ni «malos», que simplemente son. Sin embargo, lo que importa es lo que hacemos con esos sentimientos.

 

Explícales lo que ocurre a continuación

-Ayuda a tu hijo a entender qué ocurre después de pedir el turno con un juguete y si el otro niño quiere recuperar el juguete más adelante. Ayudar a tu hijo a establecer un plan de juego y unas expectativas para todos puede ayudar a aliviar la tensión.

 

Busca formas de que los niños jueguen juntos

-Quizá haya una forma de que ambos niños puedan jugar con el juguete al mismo tiempo. Quizá puedan hacer rebotar una pelota de un lado a otro, o hacer carreras de coches juntos. Ayuda a tu hijo a buscar alternativas para apaciguar a ambos niños si se resisten a renunciar a la posesión del juguete.

 

Ayúdales a comprender las pistas tácitas

-Ayuda a tu hijo a entender las señales no verbales que le indican que alguien ha terminado de jugar con un determinado juguete o haz que los niños comuniquen con sus manos cuánto tiempo tardarán en terminar con un juguete (haz que midan el tiempo utilizando los brazos, estirándolos para mostrar si la espera será larga o corta). Aunque no se trata de una medida exacta del tiempo, los niños pueden hacerse una idea de cuánto tiempo pueden esperar o si prefieren centrar su atención en otra cosa.