Sobrevivir a tus hijos cuando estás enfermo
Como padre no tienes un día libre, independientemente de si estás enfermo o no; no es una opción quedarte en la cama todo el día viendo la televisión diurna. Tienes responsabilidades que incluyen, entre otras: cocinar, dar la merienda, limpiar, cambiar pañales, besar a los bebés, etc. Sin embargo, no tienes que ser una Superpadre, si tus hijos están contentos, alimentados y seguros, eso es una victoria. Así que aquí tienes unas cuantas estrategias que te ayudarán cuando te sientas como si te hubiera calentado la muerte.
Tener un tesoro escondido
-No hace falta que te gastes mucho dinero; basta con que vayas a la tienda del dólar y compres libros de actividades, libros para colorear, lápices de colores, puzzles, pequeños juguetes y aperitivos. Guárdalos para un día lluvioso para que no se acabe la novedad. Cuando surja la necesidad, saca la caja de tesoros para los niños y deja que jueguen.
¡El menor esfuerzo!
-Juegos como el doctor, simular una colina/pista de carreras para coches, Simón Dice, Veo Veo, etc. pueden darte la oportunidad de moverte lo menos posible sin dejar de entretener a tus hijos.
Carrera de obstáculos para ganar
-Planifica una carrera de obstáculos por toda la casa; amontona almohadas, cojines del sofá, espaciándolos y fingiendo que el suelo es lava. Consejo extra: Si utilizas toda la casa, esconde notas adhesivas u otros objetos identificables (su peluche favorito o su juguete preferido) por toda la casa para que tus hijos los encuentren o los «rescaten». Es cierto que esto requiere cierto esfuerzo, pero a la larga puede resultar más rentable.
Tiempo de pantalla
-Intenta utilizar el tiempo frente a la pantalla con moderación y, cuando lo hagas, intenta que tu hijo participe en lo que está viendo, no dejes que se desvíe. Sin embargo, no se juzgará si los niños tienen un poco más de tiempo frente a la pantalla cuando la compensación sea recuperarte y mantener tu cordura.
Tareas-Shmores
-Tómate un respiro: ¡estás enfermo! Las tareas pueden esperar; faltar un día (o dos) no supondrá una gran diferencia. Y si lo hace, qué más da, nadie va a venir a visitarte: ¡estás enfermo!
Sáltate la rutina
-Por mucho que quieras seguir tu rutina diaria, estoy aquí para decirte que «te dejes llevar».
-Haz que sea un día de pijama. Deja que los niños corran en pijama todo el día (si puedes).
-Los niños pueden desayunar cereales, tostadas, un plátano o una manzana. O aún más fácil: Pop Tarts; aunque no es el desayuno más caliente, los niños no se quejarán.
-¿Almuerzo? Los macarrones con queso siempre son un acierto, al igual que los nuggets de pollo. O si tienes medios, pide que te traigan comida a domicilio
Así que relájate, tómate un descanso y recupérate; mientras tus hijos estén alimentados, cambiados y seguros, lo estarás haciendo bien. De este modo, la mayor parte de tus esfuerzos pueden dedicarse a sentirte mejor y cuanto antes te sientas mejor, antes podrás volver a tu rutina normal.